Crece el coro de voces empresarias y de economistas que demandan una mayor devaluación del peso. Ayer se sumó el titular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Osvaldo Cornide, quien señaló que la Argentina sufre un "retraso cambiario" que generó "problemas de competitividad y productividad". En tanto, el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, aseguró que la devaluación "ya la hizo el mercado".
A pocas horas de participar del acto que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner organizó en Santa Cruz, Osvaldo Cornide se acopló con sus declaraciones a las de su par de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez. El dirigente fabril pidió el lunes una corrección de la política económica.
El titular de los industriales planteó que "hay que hacerle ver la realidad a la presidenta", ya que "si no hacen las correcciones, tendrán menos votos" en octubre.
La demanda devaluacionista se produce en un contexto en el que, paradójicamente, el gobierno aceleró la depreciación del peso. En 2013, el tipo de cambio oficial se depreció más del doble respecto a igual período de 2012. Al punto que la moneda argentina está entre las cinco que más cayeron en los primeros ocho meses del año. Salvo la fortísima devaluación de Irán (102 por ciento en abril pasado), Argentina —con un 13 por ciento entre enero y agosto— está sintonía con el ritmo de ajustes producidos en Sudáfrica (18,24 por ciento), en Brasil (17,73 por ciento) o India en (14,89 por ciento), entre los emergentes. Está por encima de Japón (10,34 por ciento).
Igual, Osvaldo Cornide aseguró que "las economías regionales necesitan medidas para atemperar el retraso cambiario, y también un sistema de reintegros para que algunas actividades que muestran quebranto, vuelvan a ser rentables".
